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Hace unos días me encontré por Twitter esta imagen y me surgió la idea de crear una breve publicación para destacar la importancia de la psicología al invertir, y las diferentes fases que atraviesa cada inversor debido a la alta volatilidad de los mercados.
Muchos eruditos de la inversión trataran de explicar esta volatilidad mediante el uso de letras griegas (alfa y beta) en un intento de sonar inteligentes. Mientras los "eruditos" calculan sus alfas y sus betas, el inversor en empresas sabe que no hay sustituto para la lectura de los informes anuales y una profunda investigación y conocimiento de la empresa.
La inversión es un viaje marcado no sólo por lo que sabemos, sino por cómo nos sentimos. Las emociones pueden tener un fuerte impacto en nuestras decisiones de inversión, llevándonos a actuar de maneras totalmente irracional. Entender este ciclo emocional puede ayudarnos a manejar mejor estos ciclos.
Un consejo personal es aislarse de todo el ruido generado en redes sociales, medios de comunicación, “expertos” y todo ese tipo de fauna que año tras año pronostican el fin del mundo financiero. Como le leí a uno hace no mucho: “De algo tenemos que comer”.
Fases del ciclo
Considero muy importante recalcar que una cosa es el mercado y otra cosa son nuestra cartera y las empresas que lo componen. Debemos olvidarnos de predecir que hará el mercado, sino centrarnos en nuestras empresas, conocerlas, monitorizarlas y olvidarnos de la volatilidad, pensar únicamente en si los fundamentales de la empresa siguen siendo los que estimamos al inicio de nuestra inversión.
Optimismo: La fase inicial se caracteriza por un futuro prometedor. Alimentada por la confianza en la selección de empresas. La disciplina en esta etapa significa invertir en empresas cuyo valor intrínseco es amplio y considerado de alta calidad.
Excitación: A medida que las inversiones comienzan a funcionar, la emoción crece. Aquí es vital no dejarse llevar por el éxito inicial y mantener una evaluación constante de si el rendimiento refleja el valor real o si es impulsado por el mercado.
El gran dinero no está en la compra o en la venta, sino en la espera. - Charlie Munger
Euforia: El punto más peligroso para el inversor, donde la sensación de invencibilidad puede llevar a decisiones arriesgadas. Es esencial reevaluar las inversiones y reajustar la cartera si fuese necesario.
Ansiedad: La aparición de pérdidas o volatilidad pone a prueba la resiliencia. Es aquí donde la investigación y la confianza en las compañías puede ayudar a mantener el curso en lugar de reaccionar emocionalmente.
Negación: Al resistirse a aceptar los cambios negativos en el mercado, se corre el riesgo de mantener inversiones perdedoras por demasiado tiempo. Momento crítico para hacer un balance de nuestra cartera y valorar si hemos adquirido empresas más cíclicas de lo deseado.
Miedo: El temor de pérdidas adicionales puede nublar el juicio. Aquí es donde se debe recurrir a la estrategia a largo plazo y recordar que el mercado tiene ciclos.
El mercado de valores está diseñado para transferir dinero del activo al paciente. - Warren Buffett
Desesperación: La urgencia por actuar puede llevar a decisiones apresuradas. Respirar hondo y resistir el impulso de tomar medidas drásticas puede ser la mejor acción.
Pánico: La venta impulsiva en esta etapa a menudo resulta en pérdidas significativas.
Si no estás dispuesto a ver caer tus acciones un 50% dos o tres veces por siglo, no deberías invertir en renta variable y mereces el resultado mediocre que vas a obtener. - Warren Buffett
Capitulación: La decisión de vender, a menudo a precios bajos, puede marcar el punto de rendición. Mantener una perspectiva a largo plazo puede revelar oportunidades donde otros ven desastres.
Desaliento: Sentirse derrotado y dudar de la habilidad para invertir puede ser común. Es importante entender que la inversión requiere paciencia y visión a largo plazo.
Estás lidiando con mucha gente tonta en el mercado; es como un gran casino y todos los demás están emborrachándose. Si puedes seguir con Pepsi, deberías estar bien. - Charlie Munger
Depresión: En lugar de ceder a la depresión, uno debe buscar oportunidades para mejorar y prepararse para la siguiente fase.
Ten miedo cuando otros son codiciosos y sé codicioso cuando otros tienen miedo. - Warren Buffett
Esperanza: El primer atisbo de recuperación puede renovar la confianza. Analizar qué factores están impulsando la recuperación puede llevar a tomar mejores decisiones de inversión.
Alivio: A medida que la recuperación se confirma, el alivio puede reemplazar el temor. Aquí, uno debe no ceder al exceso de confianza.
Optimismo: Con la vuelta al optimismo, el ciclo parece completarse. Esencial aplicar las lecciones aprendidas para acercarse al nuevo ciclo con una sabiduría más profunda y saber soportar la futura volatilidad.
Lo que aprendemos de la historia es que la gente no aprende de la historia - Warren Buffett
La clave para sobrevivir a través de este ciclo emocional no es evitar las emociones, sino aprender a comprenderlas y gestionarlas. El enfoque a largo plazo, en empresas altísima calidad, es lo que puede ayudar a los inversores a navegar estos estados emocionales. El desafío no es simplemente saber cuándo comprar o vender, sino mantener la cordura emocional para mantener la calma en los inevitables momentos de alta volatilidad.
Para finalizar, me gustaría citar a uno de los mejores inversores de España, ya que resume a la perfección lo que nos hará navegar por los mercados con mayor firmeza.
Podemos inspirarnos en otros inversores, pero no copiar. La convicción es imposible de copiar sin el trabajo propio. - Emérito Quintana