Esta mañana, después de unos días dándole vueltas —aunque siempre tuve la mosca detrás de la oreja— he decidido vender las acciones de una empresa que llevaba en cartera desde hace más de tres años. A pesar de que me parecía un negocio interesante, la realidad es que no sólo ha lastrado la rentabilidad global, sino que el coste de oportunidad de no haber invertido en otros negocios es importante.
¿Fue un error de inversión? Muy probablemente. Siempre intento aprender de los errores ajenos, pero está claro que los propios son los que más enseñan y, además, se quedan contigo para siempre.
Antes de compartir mis motivos, disponibles en exclusiva para los suscriptores premium, os dejo un sorteo que estoy realizando en Twitter (X): el ganador se llevará una suscripción de por vida. Tanto los suscriptores gratuitos como los premium podéis participar. Anunciaré el ganador el día 25 a las 20:00.