Cómo analizo empresas en menos de 30 minutos sin perder lo esencial
Con el ejemplo de Kistos
Hola a todos,
Este domingo os enviaré el análisis de la última incorporación a la cartera. Lo curioso es que, en lo que va de año, ya roza el 70% de revalorización… pero lo mejor no es eso.
Detrás de este proyecto está uno de los mejores CEOs del mundo, que no solo lo apoya con un paquete relevante de acciones, sino que además comparte sus consejos y visión. En sus propias palabras:
Apoyo proyectos de inversores más pequeños cuando creo que tienen el potencial de multiplicarse por 100 veces, o al menos 50 veces.
¿Acertará? Solo el tiempo lo dirá.
Aprovecho también para avisar de que el precio de la suscripción subirá el sábado 31 a las 23:59 (hora peninsular), pasando de 200 € a 220 €.
El acceso al curso, eso sí, seguirá en 500 € (con acceso a la versión de 220€ incluida)
Podéis acceder a todo el contenido en abierto (11 artículos) para tomar una decisión más informada en el siguiente enlace.
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Vamos allá. Ojalá este artículo os ayude a analizar con más claridad y a evitar los errores que yo mismo cometí al empezar.
Cómo analizo empresas en menos de 30 minutos ⏳
¿Se puede analizar de verdad una empresa en menos de 30 minutos?
La respuesta honesta: sí y no.
Voy a explicarte cómo lo hago yo, cuándo funciona y cuándo no, y compartiré un caso real que usé en 2023.
No es un “método milagroso”, ni una excusa para invertir rápido. Es, simplemente, lo que me ha salvado de perder horas (y a veces dinero) con empresas que no tenían sentido para mi cartera.
¿Por qué existe este método?
La mayoría de los que leéis esto no sois inversores profesionales ni vivís pegados a una terminal de Bloomberg. Ni falta que hace (Nick Sleep no la usaba, y podía)
Todos tenemos tiempo limitado, miles de empresas posibles, y una lista infinita de libros y tareas pendientes.
Durante años, me sentí sobrepasado: cada vez que me topaba con una empresa interesante, me ponía a leer informes anuales, conferencias, podcasts, artículos y foros. Pero después de la décima vez que dedicaba 30 horas a una empresa que a los 30 minutos ya debería haber descartado… decidí que necesitaba un filtro más rápido.
Algo que me permitiera saber rápidamente si “vale la pena” o mejor pasar página.
Eso no significa que vaya a invertir en una empresa tras 30 minutos, sino que puedo decidir si quiero gastar mis próximas 60 u 80 horas en analizarla más a fondo… o no.
¿Para qué sirve este análisis exprés?
Filtrar paja: Evitar perder tiempo en empresas que, aunque tengan una buena historia, esconden problemas estructurales o simplemente no encajan con mi estilo.
No autoengañarme: Todos caemos en la trampa de justificar lo que nos gusta. Este método me ayuda a ser frío de entrada, descartar aquello que sé que no voy a entender (por muy prometedor que sea)
Detectar “pistas” rápidas de calidad o alerta: Si algo huele raro al principio, suele oler peor después.
¿Para qué NO sirve?
No es suficiente para tomar una decisión de inversión final.
No sustituye a un análisis profundo, ni a leer un informe anual o entender el sector a fondo.
No es una checklist universal: cada inversor tiene su filtro, este es el mío y lo comparto por si te ahorra algún disgusto o te da ideas para mejorarlo.
Mi método de 30 minutos:
1. ¿Entiendo de verdad el negocio? (5 minutos)
Olvida los tecnicismos. Leo la descripción más simple que encuentre (a veces la descripción de TIKR, a veces la propia web corporativa).
Me pregunto: ¿Podría explicarle a un amigo, en dos frases, a qué se dedica la empresa y cómo gana dinero?
Si la respuesta es no, la descarto o la pongo en “espera” para un momento de más inspiración.
2. ¿Hay algo aquí que huela a “problema estructural”? (5 minutos)
¿Está endeudada hasta las cejas?
¿Sus márgenes son de risa?
¿El sector está en declive irreversible?
¿Demasiadas “historias” y poco flujo de caja?
Esto no requiere mirar balances al detalle, basta con los últimos informes trimestrales o algún screener sencillo.
3. ¿Tiene un histórico de creación de valor, o es todo promesas? (5 minutos)
¿Ha crecido ventas, márgenes o retornos al capital en los últimos 5 años?
¿El número de acciones se dispara cada año (dilución) o hay recompras?
¿Las cuentas cuadran con lo que promete la directiva?
Si veo “picos y valles” constantes o manipulación obvia… la descarto o la dejo para mirar solo si hay un catalizador brutal.
4. ¿Quién está detrás? ¿Hay algún “jockey” o es todo humo? (5 minutos)
Busco rápido quién manda en la empresa:
¿Fundador o directiva alineada? ¿Llevan años o cambian cada ejercicio?
¿La directiva tiene skin in the game o solo cobra bonus?
¿Hay grandes inversores de calidad en el accionariado?
Con una búsqueda básica en LinkedIn, Google o páginas de inversores, se pueden evitar muchos sustos.
5. ¿Tiene moat? (5 minutos)
No busco certezas aquí. Simplemente:
¿Por qué esta empresa es diferente a la competencia?
¿Qué costaría copiarla y robarle clientes?
¿Hay alguna trampa de crecimiento (subvenciones, moda pasajera, negocio inflado por intereses bajos…)?
Si solo depende de estar “barata”, descarto. Busco algo defendible, aunque no sea una muralla china.
6. ¿Hay algún “red flag” rápido que debería investigar más? (5 minutos)
Aquí dejo que la intuición haga su parte.
¿Hay polémicas recientes? (Escándalos, litigios, salidas de directivos, cuentas poco claras…)
¿La empresa está en todos los titulares por algo que no tiene que ver con el negocio?
¿Se ha disparado el número de insiders vendiendo acciones?
No suelo dejarme llevar por rumores, pero si hay algo raro, lo apunto para profundizar o descartar.
Caso real: Kistos (2022–2023)
Kistos fue, durante 2022 y buena parte de 2023, una de las empresas más comentadas en la comunidad inversora española en Twitter. Se escribieron hilos kilométricos sobre su potencial, lo barato que cotizaba en relación a flujos de caja, la calidad de su directiva y lo supuestamente inevitable de su “re-rating”.
A mí me la recomendaron varias veces y, como siempre hago cuando algo huele a hype, apliqué mi filtro de 30 minutos. Te resumo, punto por punto, por qué la descarté rápidamente:
¿Entiendo el negocio de verdad?
Kistos es una compañía dedicada a la exploración y producción de gas y petróleo, principalmente en el Mar del Norte. Su negocio depende del precio del gas y del petróleo, y de la capacidad de comprar activos “olvidados” por las grandes petroleras para sacarles rentabilidad.
¿Lo entiendo? Sí, pero lo esencial aquí es lo dependiente que es de factores externos, la complejidad regulatoria y posiblemente de la volatilidad de los precios del gas.
¿Problemas estructurales evidentes?
Muchísimos.
El sector energético es de los más cíclicos que existen. Los márgenes pueden pasar de excelentes a ruinosos en cuestión de meses según el precio del gas, la regulación europea o los impuestos extraordinarios que ponen los gobiernos. La compañía necesita estar continuamente comprando nuevos activos para mantener o crecer su producción.
A eso le sumas el altísimo CAPEX y la dificultad de prever flujos de caja estables. El balance, aunque pueda parecer sano en un año bueno, se puede torcer en cualquier giro del ciclo.
¿Crea valor o vive de la volatilidad?
Kistos, como casi todas las small caps energéticas, es una “surfista del ciclo”.
Los años buenos, con precios altos, todo parece espectacular: ROIC elevado, flujos de caja libres enormes, posibilidad de recomprar acciones o repartir dividendos especiales.
¿El problema? No veo una creación de valor recurrente o sostenible más allá del entorno cíclico.
Si el gas se desploma o se restringe la regulación, todos esos números desaparecen como el humo.
¿Quién manda aquí?
La directiva de Kistos tiene experiencia en el sector y, objetivamente, ha sabido moverse al hacer adquisiciones.
Ahora bien, no encontré una alineación clara con el largo plazo ni un skin in the game que me diera confianza. La cultura era la del “deal making” constante, no la de construir una ventaja estructural.
¿Moat real o todo es viento de cola?
Para mí, ningún moat.
La ventaja de Kistos es la oportunidad de encontrar buenos activos cuando nadie los quiere y surfear el ciclo mejor que otros. Pero aquí no hay red de clientes fieles, ni tecnología diferencial, ni marcas, ni posiciones reguladas estables.
Lo que hay es capacidad para operar rápido y aprovechar oportunidades, lo que puede estar bien… pero no es lo que busco.
Cualquier otra empresa bien financiada podría replicar la estrategia si tiene el capital y la osadía.
¿Red flags?
Mucho hype en Twitter, demasiada gente obsesionada con el múltiplo bajo y la posibilidad de que la acción se doblara “solo porque estaba barata”.
Mucha narrativa de “la siguiente multibagger” y poco análisis de los riesgos inherentes a los cambios regulatorios, la volatilidad del gas, los riesgos operativos y el hecho de que cualquier pequeño error puede costar millones.
Además, demasiada confianza en la directiva (“esta vez es diferente”)… y ya sabes lo que suele pasar con esa frase.
¿Invertiría tras 30 minutos?
Rotundamente no.
No porque Kistos sea “una mala empresa”, sino porque es exactamente el tipo de empresa que no busco:
Sin ventaja competitiva sostenible
Sector ultra cíclico, fuera de mi círculo de competencia
Excesiva dependencia del timing y del entorno macro
Mucho ruido y poca claridad sobre el valor real en el largo plazo
El tiempo que podría haber dedicado a estudiar en profundidad Kistos, lo dediqué a negocios que entiendo, que puedo explicar a cualquiera y que, sobre todo, me dejan dormir tranquilo.
Conclusión
Este filtro exprés me ha ahorrado perder cientos de horas y, probablemente, más de una decepción por dejarme arrastrar por la moda (a veces también puedo perderme multibaggers, sí).
Cuando una empresa está en boca de todos, mi primer instinto ya no es mirar “qué me estoy perdiendo”, sino ver si realmente encaja con mis criterios y filosofía.
Decir “no” rápido me permite decir “sí” a lo que realmente merece la pena.
¿Tienes tu propio filtro exprés? ¿Has descartado alguna empresa “popular” a tiempo y te ha salvado de un disgusto?
Cuéntamelo en comentarios. Aquí aprendemos todos, y cada filtro propio vale oro.
Gracias por leer,
Juan
PD: Si te ha resultado útil, compártelo con ese amigo que últimamente no para de hablarte de la “próxima Kistos”.
PD2: La inversión de calidad empieza con un “no” rápido y honesto. Solo así puedes decir “sí” con convicción cuando realmente merece la pena.
Nice!
Muy buenos como siempre tus consejos, Juan.
Muchas gracias.