Esta publicación estaba pensada para ser publicada junto con la actualización de la cartera durante los primeros días de septiembre, pero considero que algunos suscriptores podrían impacientarse debido a las caídas que han sufrido dos de las empresas esta semana. Dudando entre si son oportunidad o momento de salir.
La primera de las dos ha presentado unos resultados con un crecimiento de ingresos y beneficios cercanos al 30%, además de una mejora de márgenes y reducción de su deuda, ya de por si conservadora. El mercado ha reaccionado con unas caídas del 20%, haciéndola cotizar a menos de 20 veces beneficios forward. En mi opinión, esta reacción del mercado no tiene sentido alguno, pero a corto plazo puede suceder de todo.
La segunda empresa ha presentado unos resultados en línea con lo que yo esperaba, moderados. Ha crecido en ventas y en su métrica principal, a diferencia de sus principales competidores, pero sin ser unos números impresionantes como años anteriores. Viene de un crecimiento muy importante el año pasado, de un entorno macroeconómico complejo y aumento en la presión competidora. Lo está haciendo bien, mejor que la competencia y su futuro sigue siendo muy positivo, pero con dificultades. Cotizando a unas 20 veces beneficio, considero que su precio es atractivo.
La tercera empresa que compartiré, será una breve tesis publicada esta semana por un fondo de EE.UU, que considera a esta pequeña empresa de la cartera como un negocio maravilloso y cotizando un 70% por debajo de su valor justo, estimación que coincide con la que siempre os he compartido.
A menudo nos obsesionamos con buscar oportunidades fuera de nuestra cartera, y lo entiendo; a mí también me gusta descubrir nuevos modelos de negocio y aumentar mi conocimiento. Sin embargo, en muchas ocasiones, las mejores oportunidades ya están dentro de nuestra propia cartera.
Antes de continuar, me gustaría compartir una breve reflexión para aquellos que encuentran difícil manejar psicológicamente las fuertes caídas en la cotización.
Cuando una empresa en tu cartera sufre una caída importante, imagina que no la posees, pero estás esperando a que su precio sea el adecuado para adquirirla. Si te alegrarías de esa caída al estar fuera para poder comprarla, deberías mantener la misma mentalidad cuando ya la tienes. Concéntrate en los resultados de tus compañías, en que mejoren año tras año y cumplan con tus expectativas; a largo plazo, eso es lo que realmente importa al invertir. El corto plazo es únicamente una cuestión de emociones de gente impulsiva.
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